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Un hombre muere tras beber una tisana de amapolas

Jan Martínez Ahrens

Las amapolas también matan. Francisco M. F., de 38 años, falleció en la madrugada del lunes en Majadahonda (37.000 habitantes) tras beber casi litro y medio de infusión de esta planta, cuyos pétalos y capullos poseen propiedades ligeramente narcóticas. El hombre, siempre según la versión policial, había acudido a pasar el fin de semana con su hermana.El domingo, la mujer, de acuerdo con Francisco, se dirigió a un pantano del término municipal de Galapagar a recoger amapolas -florecen a partir de marzo y aun en verano-. La tarde de ese día iba a ser especial. Una vez en casa de la hermana, que vive con sus dos hijos, pusieron medio kilo del vegetal a hervir.

La mujer se contentó con un vaso del la tisana. Francisco quiso mas y acabó bebiéndose el litro y medio. Durante el festín, incluso mezcló la infusión con un vaso de leche. El combinado se cortó y pese a las advertencias de la hermana -"te sentará mal", le dijo- el hombre siguió bebiendo.

Horas después, empezó a sentir picor en los ojos. Su mirada se turbaba. Lo pasó por alto. Pasada la medianoche, se metió en la cama. Le esperaba un largo sueño. Sus ronquidos sobresaltaron a su hermana de madrugada. A las seis de la mañana, aún de noche, la mujer descubrió, según su declaración ante los agentes de la policía, que su hermano había exhaladó el último

suspiro.Pese a este hallazgo, tuvo la suficiente sangre fría como para vestir a sus dos hijos y esperar hasta la hora de llevarles al colegio que abría sus puertas a las ocho de la mañana, según fuentes cercanías a la investigación-. Acto seguido, buscó un coche patrulla del Cuerpo Nacional de Policía y les comunicó el óbito.

El cadáver se encontraba en la cama cuando llegaron los agentes al domicilio. Fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde se le practicó la autopsia. Ayer fue enterrado en el cementerio de la Almudena.

Las infusiones de amapolas han sido tradicionalmente empleadas para combatir accesos de tos en niños y ancianos, así como, por sus propiedades ligeramente narcóticas, para facilitar el sueño. Su consumo, que se remonta a los tiempos de Teofrasto, hace más de 2.300 años, ha sido muy popular en los países del Este europeo e incluso en España.

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En las comarcas occidentales de Cataluña y las limítrofes de Aragón se la comen en ensalada, con lechuga y escarola.

Su ingesta, con todo, no es inofensiva, La planta contiene un alcaloide llamado readina que también se encuentra en el opio. Aunque ayer se desconocía el componente exacto que supuestamente mató a Francisco, toxicólogos consultados por este diario señalaron que el exceso medio kilo de pétalos- o la confusión -haber recolectado otra especie parecida- pudo desencadenar el fallecimiento. Así, los expertos destacan que el poder narcótico de la amapola pudo provocar una parada cardiorrespiratoria. La policía da por segura la relación causa-efecto entre el brebaje y la muerte.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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